La verdad es que reventar un tubular bajando un puerto es un buen susto. Llevaba unos Vittoria Corsa Evo que no llegaban a 800km de rodaje pero quizás por las malas condiciones del asfalto en algunas carreteras de la isla, muy bacheadas o quizás por dar algún llantazo el caso es que reventó a 40kmph bajando del Mirador de Haría. Aún no sé como pude controlar la bici sin caerme.
Al día siguiente, a pesar de ser domingo, nuestro amigo Steve de la tienda ProBike de La Santa, me cambió los tubulares y me puso la cervelo a punto para seguir haciendo kms (también me ajustó frenos y cambio). Gracias a María y a Steve por su ayuda.
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